Me levanté muy temprano, estaba muy nerviosa... al hospital otra vez.
Sé que debo estar tranquila, pero ya es el 3er intento. Si bien he estado tranquila las anteriores veces, esta vez no,¿por qué? Creo que por que ahora sí que no me salvo...
La primera estaba resfriada, la 2a ellos suspendieron, pero ahora nadie suspendió, nadie se enfermó, todo estaba en curso... incluso cuando llegué, guardé la esperanza que me dijeran :" ¿Sabe? Perdone, pero no podrá ser, no hay pabellón"
¡Ay de mi...! Me recibieron con los brazos abierto y hasta me dijeron "BIENVENIDA, la esperábamos"... fue muy irónico, me sonreí tiesa... hasta quise hacer pucheritos...
Me cambié de ropa, me dirijo a la habitación y cama asignada... cama 11, al lado de la puerta ...lista para escapar... pero todo se confabuló, se llevaron mi ropa, mi dinero, mis llaves... estaba ahí, prisionera.
La verdad exajero un poco, por que había buen ambiente y me reí un rato conociendo a las demás pacientes... pero después que se agotan los temas y el tiempo se hace interminable, solo te queda pensar... Estas acá por decisión propia, pero con susto, "es por tu bien " tratas de autoconvercerte, sientes
maripositas en la guatita y en tu silencio tratas de darte ánimo... Bueno, ya estoy acá y mañana será el día... no me puedo, ni debo arrepentir.
Además, ya que estoy acá ¿Qué malo puede pasar?... inevitablemente piensas que puedes morir. Para que no me operé debe ocurrir un milagro... Dios me protegerá.
El día da paso a la noche... trato de dormir, pero los nervios no me dejan, me tiemblan las piernas... uf ¡Qué fastidio!
Por fin me duermo, pero una enfermera me despierta, me dicen que son la 5 de la mañana que debo prepararme para la cirugía...
Al principio no sabia de qué hablaba, no sabia dónde me encontraba, pero con la palabra
Cirugía, sentí una mano fría pasar por mi espalda hasta mi nunca y que me trajo de golpe a mi triste realidad...NOOOOO
Pero me levanté de un salto, sin pensar, no quería pensar, tomé mis cosas y me metí a la ducha. No creía que eran las 5 de la mañana, pero eran.
Luego me fui a una salita a esperar.... esperar eternamente.
Llegó la enfermera que me habla con dulzura...¿Qué? No tengo idea. He aprendido, con el tiempo a apagar mis oídos, escucho pero no oigo, le miraba como movía la boca. Primero tomó una rasuradora al tiempo que me pidió que me desvistiera. Pestañeé sorprendida por que no la escuché hasta que dijo desnúdase... perezosamente me saqué el ridículo camizón sin trasero que a uno le pasan para ponerse. Ese que no te tapa ni la dignidad... y ahí estaba desnuda, sobre la camilla, con frió y sintiendo que valía menos que el aire, un poco humillada y desvalida.
Hizo lo que debía hacer con esa rasuradora, dejándome como una nena de 10 años... me miré y me dio ataque de risa: "¿De qué se ríe? " me preguntó.
No le contesté, y a esa pregunta que lanzó al aire, le siguió un montón de preguntas más, pero la única que contesté fue si era alérgica la yodo, diciendo que no. Entonces, tomó un frasco grande de yodo y lo vertió literalmente en mi ombligo, inmediatamente ahogué una inspiración que se cortó por lo frió del líquido y sin dejarme reaccionar tomó un algodón y lo esparció por todo mi abdomen, dejándome el vientre de color café. Sacó el excedente y quedé mas amarilla que un chino... ¿Qué más humillación que esto?
Cerré los ojos y pensé en mis amigas que si me vieran en esta situación tan vulnerable se reirían, yo creo que no queda otra.
Finalmente me puse el ridículo camizón y me bajé de la camilla a la espera de que el auxiliar me llevara al pabellón.
Me dormí esperando, pero el chico, finalmente, llegó y la verdad es que no sé qué cara tendría yo, pero se le ocurrió que nos fuéramos como en una nave de galáctica o star war, y se fue corriendo por los pasillos conmigo a bordo, parecía rally de Sincinatti. Hizo un giro a toda velocidad hacia el ascensor que casi doy vuelta el estómago, menos mal que tenia un ayudo de 12 horas por que si no vomito hasta lo que comí antes de ayer. Estúpidamente a me dice que llegamos y que si acaso me gustó el viaje: " claro, claro" fue lo único que salió de mi boca.
Me subí a otra camilla y otra vez a esperar, en ese pasillo pasaban muchas camillas de todo tipo de gente, cómo soy curiosa y así no pensaba, me puse a habla con cada paciente que se instalaba a mi lado y así pasó el rato uno tras otro pasaban los paciente , tardaria mucho rato contando todas las historias que escuché ... de pronto llego un chico y me llenó de preguntas, que qué hacia, que quién es mi doctor, luego se fue, llego una niña regordeta y me hizo las mismas pregunta, ya me estaba impacientando, pero llegó otro chico y me dijo en tono de broma, que para mi fue un insulto : " Le llegó la horaaaa" empujó la camilla hasta el fondo del pasillo, que se me hizo interminable e ingresamos por una puerta que decía puerta nº 12( menos mal que no avanzamos una mas) y entramos....
pasó el tiempo..... pasó .... pasó y ahí estaba en el pabellon , sin nada puesto , con mucho frío y nadie , absolutamente nadie que me dijera Qué hago ahí...
la gente entraba y salía sin decir nada, algunos me miraban agachaban la cabeza y salian, lo que mas me inquietó fue la cara de pesadumbre con que me miraba, como con pena.... que raro no?
Una joven entró un tanto indecisa y me miró con cara de angustia y se fue... recuerdo que pensé " pucha, para ser cirujanos humanos y llenarse la boca que lo Veterinarios somos sucios, dejan mucho que desear, ¿Dónde esta la asepcia del pabellón con tantos que salen y entran? y lo peor es que nadie me pesca , como si no estubiera, me convenzo que esto doctores son lo mismo que los veterinario ... mmmm"
continuará....
