miércoles, 7 de febrero de 2007

HORIZONTE

Aquella tarde volvió mi pesadilla, se repitió todo... los malos recuerdo, la desesperación, la pena, el miedo, el dolor, la sangre, el mismo hospital, los mismos médicos... el mismo diagnostico.
Que ganas de salir corriendo y anularme de la realidad... eso sentí. Sentada en el box de urgencia mirando el techo en la espera de algún diagnostico y rezando...rezando que no fuero el mismo...pero lo fue. No podía culpar a nadie, ni siquiera preguntarme por que a mi... solo estaba ahí pensando en mi mala suerte. De pronto la gente desapareció de mi alrededor... sentí la soledad calar hondo en mi pecho...sentí el vacío y el frío de la muerte... no exprese nada. El dr hablaba y hablaba, decía lo mismo que un tiempo atrás, nada nuevo, todas sus palabra me hacían pensar en la repetición de una historia con un final malo y eso fue lo que me aterro, eso fue lo que me devolvió a la realidad, eso fue lo que termino de matar mi esperanza, mi sueño... ahora solo el miedo estaba presente, la soledad, lo insignificante que somo ante Dios... no somo absolutamente Nada...
Ahí, sentada, escuchando... pero ya no lo oía, ¿De qué servían sus consejos? si mi destino lo condenó para siempre... ¿Por qué escucharlo si sus palabras solo me producían dolor?
¿Por qué decía que no llorara? si mi vida se acababa... solo lo miraba, pero ya no lo veía por que mis ojos estaban cegados por la lágrimas que brotaban como manantiales por mis mejillas, pero me mantuve digna, solo mis lágrimas delataban mi tormenta interior, pero mi postura firme y silenciosa me mantenía frente a él...
Me preguntó si tenia dudas... me reí, encontré tan absurda la pregunta ¿Acaso no sabia que ya había pasado por esto? Tuve la sensación de que se burlaba de mi y que era una broma muy cruel de él hacia mi ... aunque sé que no era así. Y esa postura de doctor que me explica todo para que yo entienda, fue como un agresión a mi inteligencia y lo peor fue que no paraba de hablar y explicarme una y otra ves lo mismo, que si no me operaba me moría... sus palabras no tenían ningún sentido... operarme para salvar mi vida y matar mi esperanza de vida... que difícil decisión pensé sarcásticamente.... ¿Qué broma mas cruel, eh Dios?.
El tiempo se detuvo por un buen rato, trate... juro que trate de ser positiva y buscar en mi mente la fe que se escapaba de mis manos, intenté rezar para pedirle a Dios que no me abandone, ni me castigue de nuevo, ni cuestioné esto que me pasaba, solo pedía clemencia y una luz para guiarme y apaciguar mi alma destrozada... pero solo recibí silencio ... de ese que congela los huesos, de ese que da mas miedo que el mismo demonio...
Abandonada, sola, triste, desolada... derrotada.
En ningún momento renegué al divino, ni lamenté su decisión... solo se me ocurrió pensar en pedirle una oportunidad, pedirle perdón por ofenderlo y olvidarlo alguna vez y que no me abandone... necesitaba aferrarme a la fe... que ya no me quedaba y lamentaba esa sensación. Miré a mi amor para buscar en él la fuerza, pero por primera ves lo veo desesperado y angustiado... mi castillo cayó destrozado... mi historia se acababa, mi lucha fue perdida.
Con resignación me quedé en el hospital... y ya en mi cuarto me dormí después de mucho llorar... todo se terminó.
Los días transcurrieron en medio del dolor y lo inevitable surgió, un sueño.... un sueño mas doloroso que el mismo dolor... mi niño se iba... se despedía sin mirar atrás, sin mirarme... solo se fue.
Esa mañana comenzó la cuenta regresiva sin vuelta, sin retorno... supliqué a Dios misericordia, una oportunidad... un milagro...
Y ese milagro llegó...
Si bien mi niño, que nunca nació, se fue, había esperanza de que algún día estaría conmigo.
Llegó un Dr. de apellido Iglesias y cambió el pronostico, no permitió que me operaran y probó algo nuevo... un medicamento algo agresivo para mi cuerpo, pero me lleno de esperanza... volvió mi fe y recé con fuerza.
Iniciado el tratamiento tuve un sueño y lo plasmé en un papel, con mi niño mirando el horizonte y Rayen (mi nena) jugando el un hermoso jardín.
Al despertar ya todo estaba bien, la vida se llenó de vida, el aire cambió, volví a vivir... Dios está acá y se que me dio otra oportunidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

amor de mi vida se que en estos momentos estas en el limbo perdida y sin horizonte,pero debes saber que estamos juntos en esto por mi lado estoy golpeado por los acontecimientos, pero no estoy derrotado todavia, pese a todo lo malo de estos ultimos dias, me consuela el saber que todavia te tengo conmigo y debes saber que te amo mas cada dia que pasa , que te extrañe mucho todos los dias que estuviste en el hospital, nuestra casa no funciona sin ti, es solo una casa mas del barrio, no un alegre y calido hogar como cuando estas en el, la vida nos a golpeado muy fuerte donde mas nos duele, pero pese a esto nos hemos vuelto mas fuertes en nuestro amor y respeto mutuo.
amor mio saldremos de esta prueba como lo hemos hecho antes juntos.


tu marido que te ama con todo el alma

carlos